Si conoces la historia, los desafíos, los logros y las comunidades que prosperan en nuestras regiones, nuestros chocolates y cacao sabrán aún mejor y comprenderás claramente por qué decimos que, en realidad, el chocolate es lo de menos.
Algunos de los sabores que saborearás provienen del cacao nativo de más de 2000 años, en su mayoría inexplorado y abandonado.
¡Imagine la singularidad de nuestros gustos y de nuestras regiones!
En una tierra rodeada de radiantes e interminables ríos, hombres y mujeres cultivan incansablemente una encantadora variedad de cacao que da vida a un chocolate con aromas a miel, mandarina y flores.
En una selva densa y lluviosa, bordeada por el Pacífico, nace un cacao exótico e intenso. Cada semilla lleva la fortaleza de sus pobladores y se convierte en un chocolate que recuerda el aroma de cítricos, especias, madera, nueces y caramelo.
Aquí es donde la selva se encuentra con los picos nevados de la Sierra Nevada de Santa Marta. La cordillera costera más alta del mundo, la Sierra Nevada se encuentra a 5.775 metros sobre el Mar Caribe.
En la cumbre, se puede ver a una distancia de 500 km, se dice que es la más extensa entre dos puntos cualquiera en la Tierra.
¡En realidad, el chocolate es lo de menos!
Debido a nuestra mínima intervención en la producción, el terroir que probará le presentará un sabor verdaderamente auténtico y delicioso de una región que tal vez no conozca.
¡Esperamos que esta alegría te lleve a querer aprender más al respecto!
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